Utilice poca cantidad de grasa. El huevo ya tiene un poco de grasa, así que no hace falta agregarle más cantidad. Cocine el huevo con aceite en aerosol y prefiera utensilios antiadherentes.
Existen diversas formas de preparar el huevo: huevo duro, cocinado en microondas, huevo pasado por agua, en omelet, revueltos, frito o escalfado.
Agregue huevo a los pasteles, pastas, arroces, vegetales y sopas. Los vegetales complementan el aporte nutricional del huevo, ya que añaden nutrientes y fibra dietética.
Elija siempre huevos frescos. Una forma sencilla de saber si el huevo está fresco es que debe hundirse en un vaso con agua. Si flota significa que ya no está en condiciones para ser consumido.
Recocinar el huevo puede disminuir su valor nutricional, así que no lo cocine más de la cuenta. Para cocinar un huevo duro son 10 minutos.
Puede almacenar los huevos en la refrigeradora para que duren más. Trate de mantenerlos en la parte de atrás de la refrigeradora para que mantengan una temperatura constante. Manténgalos en su empaque de cartón para que no absorban otros olores fuertes.